?Sirven las constituciones modernas para garantizar los derechos de todos? La experiencia nos dice, tristemente, que no
?
Constituciones y aborto
Porque las constituciones nacen, muchas veces, desde la imposici?n de
grupos de poder, deseosos de imponer sus propios intereses por
encima de los derechos de otros. Porque otras veces una
constituci?n se basa en un consenso m?s o menos fr?gil
y abierto a muchas aplicaciones incluso contradictorias. Y porque siempre
existe el peligro de interpretar el texto constitucional desde ideolog?as
que buscan da?ar a los m?s d?biles e indefensos.
Lo vemos
claramente cuando se dice que una ley que permite el
aborto de seres humanos en sus primeras 12 semanas respeta
la norma constitucional. Afirmaciones y sentencias que digan lo anterior
son una prueba patente de la debilidad del constitucionalismo moderno.
Nunca
puede ser un ?derecho? el destruir la vida del propio
hijo. El primer paso para avanzar hacia una sociedad justa
consiste en proteger la vida de todos. Y la palabra
?todos? incluye a quienes todav?a pesan unos pocos gramos y
viven en el seno de una mujer (su madre), la
cual necesita siempre apoyo emocional, asistencia m?dica y ayudas econ?micas.
Es
triste constatar que haya jueces, a quienes se ha encomendado
la tutela de los derechos de todos, capaces de aceptar
y mantener en su aparente ?legalidad? un delito que va
contra el derecho b?sico a la vida, el aborto.
Para superar
la injusticia del aborto despenalizado o legalizado, para construir estados
y constituciones capaces de tutelar los derechos de los m?s
d?biles, nos queda la tarea de emprender el camino largo,
pero eficaz, de formar a las nuevas generaciones en el
conocimiento de los derechos humanos y en el compromiso por
defender en todo momento, en todo lugar, las vidas de
los hijos y de sus madres.
S?lo as? podremos construir sociedades
m?s justas, que superar?n discriminaciones arbitrarias y que fomentar?n ese
respeto y ese apoyo que hacen de la vida humana
una aventura hermosa y llena de esperanzas.